Es una costumbre aceptada en cualquier país del planeta que el juez o representantes presidan y ocupen un lugar destacado en la sala en la que se juzga o tiene que declarar cualquier persona a la que se le imputan hechos que puedan constituir delito.
Y nadie puede escapar a esta norma. Así, por ejemplo, vemos a Jeff Sessions testificando ante la Comisión del Congreso de los Estados Unidos.
Pero en España no, todos los que tienen que dar explicaciones por sus conductas y hechos ante las comisiones de investigación del Congreso, -a veces acusados formalmente y pendientes de juicios-, se encuentran en una mesa sentados cómodamente presidiendo la reunión frente a unos diputados que le interrogan desde un lugar inferior, a ras del suelo. Esto para un estadounidense puede que le chocaría o llamara la atención por lo insólito: los representantes del pueblo, abajo, y los hipotéticos o probados delincuentes por encima físicamente hablando. Además de que no están obligados a declarar la verdad: ¿...? ¡...!
Y para colmo de todo ello: el presidente Rajoy que fue requerido por la Audiencia Nacional como testigo en el caso Gürtel, una de las mayores tramas de corrupción en España, cuando fue a declarar ¡¡¡ lo hizo en un lugar destacado al lado de los jueces!!!
El presidente Rajoy declarando como testigo
Y todo esto ocurre en un país en el que se habla mucho de democracia pero que todavía se rige por costumbres prepotentes y caciquiles que siempre han sido, son y ... serán si los españoles no se deciden a cambiar y borrar de su subconsciente colectivo "de una puñetera vez".
Para terminar un poco de humor ante tal desfachatez...
Escenas de la película El gran dictador
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