En 1984 cuando la novelista, dramaturga y directora de cine Marguerite Duras tenia 70 años publicó una novela breve, semiautográfica, titulada El amante que alcanzó un éxito internacional y por la que obtuvo el Premio Goncourt.
Marguerite Duras (1914-1996)
En dicha novela narra la relación que tuvo,-cuando vivía en la antigua Indochina, ella nació cerca de Saigón-, con un chino rico.
Seis años después, en 1990, la autora se enteró de la muerte de su ex amante chino y decide volver a reescribir esa historia, y así surge El amante de la China del Norte.
El estilo narrativo está caracterizado por su ritmo entrecortado gracias al empleo de párrafos cortos elaborados, a su vez, con frases concisas y breves. También hay en el texto un desdoblamiento de la voz narradora, el empleo indistinto de la primera y tercera persona, consiguiendo así un acercamiento o alejamiento con relación a los hechos narrados.
Con estos textos no es su vida lo que la autora nos quiere mostrar sino que pretende llevarnos a los dominios del placer, a la búsqueda del deseo y a la idea del derecho de amar libremente.
En 1992 se estrenó la película del director francés Jean-Jacques Annaud titulada El amante, que recoge la historia de las dos novelas.
La película tuvo su dosis de escándalo porque la actriz que interpretó a la protagonista,-una modelo inglesa llamada Jane March-, tenía 17 años y era menor de edad cuando hizo la prueba para el casting, aunque interpretó la cinta cuando ya tenía 18 años.
La trama de la película, y de la novela, trata de la apasionada historia de amor que vive una colegiala francesa, hija de una familia colonial en un profundo estado de pobreza y abandono, con un joven chino cuya familia tiene una buena posición económica. Ella tiene 18 años (en la novela tiene 14 y medio) y él 27 años.
Los convencionalismos sociales de la época consideran un amor así impropio, debido a la diferencia de edad y raza, por lo que ambos lo mantienen en secreto.
Escena de la película en el restaurante
La película cuando se estrenó tuvo gran éxito entre el público, pero no tanto con la crítica, sobre todo la estadounidense (¡...!).
Aunque es evidente que la cinta es muy bella y que si la propia Marguerite Duras la hubiera dirigido, el resultado habría sido diferente: puede que menos bella pero más interesante y extraña.
Escenas finales con la voz de Jeanne Moreau
No hay comentarios:
Publicar un comentario