sábado, 1 de marzo de 2014

Sin comentarios

          -Este filete está crudo.¡Es que  no sabes que me gusta muy hecho!
          -Lo pondré otra vez en la plancha.
          -Ahora lo has pasado. Está demasiado hecho.¡Cada vez cocinas peor!


          -¡Es que piensas salir así a la calle!
          -¿...?
          -Con ese vestido no quiero que salgas.
          -¿Qué le pasa al vestido? Lo tengo del año pasado.
          -Pues eso.¡Que te está estrecho! Que has engordado y pareces una vaca. Cada día estás más gorda y si sales así todo el mundo te va a mirar.



          -¿Dónde vas?
          -A la peluquería.
          -Tienes el pelo bien, no vayas.
          -¡Sí! Me hace falta.¡Llevo un año sin ir!
          -A mí no me levantes la voz.
          -Me voy.
          -¿Qué has dicho?
          -¡¡¡Qué me voy a la peluquería!!!

 Y agarrándola por el pelo la estampó contra la pared. Luego dijo:
              -Irás cuando yo te lo diga.



         -Me duele mucho el pecho y el brazo. ¿Qué haces ahí de pie? ¡Llama al médico!
         -¡...!
         -No puedo respirar, ¡llama a la ambulancia!


 Ella, inmóvil, contemplaba como su marido abandonaba este mundo. Luego, cuando todo terminó, tomó el teléfono y marcó el 112.


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