Es uno de los lugares del mundo más deseados de visitar no sólo por lo que entraña de lugar mágico sino también por lo que tiene de aventura y dificultad su arriesgado ascenso, ya sea si hacemos la subida a pie por el Camino Inca o si tomamos alguno de los microbuses que desde Puente Ruinas llevan hasta arriba por una sinuosa y peligrosa carretera que únicamente la pericia de los conductores logra salvar.
Machu Picchu es el nombre que se le da a un antiguo poblado inca que habría tenido, probablemente, un fin ceremonial religioso y a la vez habría servido como residencia de descanso para jefes incas.
Su existencia fue casi desconocida hasta el 7 de julio de 1911 cuando un profesor de la universidad de Yale, Hiram Bingham, se topó con ella y difundió la noticia de su hallazgo.
En aquella época la famosa ciudad estaba cubierta por una densa jungla.
El poblado está construido en el promontorio rocoso que une las montañas Machu Picchu (Montaña Vieja) y Huayna Picchu (Montaña Joven) a una altitud de casi 2.500 m.
Contrariamente a lo que se cree el Machu Picchu no es la montaña que se ve en todas las fotografías: esa imagen es la del Huayna Picchu.
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