Mencionar Kenia es nombrar safari; palabra que significa en lengua swahili: viajar. Y es que el viaje a este país lleva implícito el descubrimiento de animales salvajes y la contemplación de un paisaje tan sugestivo donde los amaneceres pintan de un colorido sorprendente la sabana africana. Y si la mañana nos cautiva, al terminar el día los sonidos de la noche fascinan y estremecen: el canto de las aves, los chillidos roncos y esporádicos de los babuinos, el continuo zumbido de los insectos... Y el sobrecogedor silencio que envuelve a los solitarios lodges y tiendas de acampada, en medio de un lugar donde los humanos son minoría entre la variedad de seres vivos que lo habitan.
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