Puede que este país esté enfermo. Enfermo de unos males que llevamos desde años agarrados como lapas en lo más profundo, como ciudadanos y como nación; porque ésta que hacemos que sea lo que es cada día entre todos: los que tienen el poder, que abusan, y los que no lo tienen, que consienten y callan. Porque desde tiempo inmemorial hemos consentido el nepotismo, el enchufe y la corrupción. Y lo hemos aceptado porque sí, sin más, porque formaba parte del hecho social y porque, decimos, no se puede hacer nada para evitarlo. Y si se denuncia, tampoco; porque no te creen, te ignoran o te hacen la vida imposible; además los jueces aplican las leyes pero no imparten justicia .
Y como toda enfermedad necesita una cura ya va siendo hora que busquemos el remedio porque de no hacerlo seremos unos enfermos crónicos sin futuro ni esperanza.
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