miércoles, 18 de septiembre de 2013

La huida

          Iré a la estación y tomaré el primer tren que salga, no me importa adonde vaya con tal que sea lejos de aquí. De este infierno que me está matando día a día. De esta prisión que me encadena, que me roba la vida y anula mi libertad...
 
 
 
          Quiero hacer y decidir lo que quiero ser. ¡Quiero ser libre...y feliz! ¿Es eso malo?
 
 
        La mujer terminó de hablar consigo misma, abrió la puerta de la casa y atravesando la habitación, en la que estaban los demás, se dirigió a la cocina y comenzó a preparar la cena.
 
 

                                              
 
 
 
  

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