miércoles, 25 de noviembre de 2015

Reflejo


              "Las mujeres han servido durante todos estos siglos como espejos que poseyeran el poder de reflejar la figura del hombre a un tamaño doble del natural".
                                                                                 Virginia Wolf

lunes, 23 de noviembre de 2015

Copia


      Es curioso, pero todas las personas nacen como original y la inmensa mayoría mueren como copia.

domingo, 22 de noviembre de 2015

La buena tierra

      La buena tierra se publicó en 1931 y un año después ganó el premio Pulitzer. En esta novela la autora Pearl S. Buck, que más tarde obtendría el premio Nobel, narra las alegrías e infortunios del labrador Wang Lung y su familia en la China de antes de la Revolución, en la década de 1920.


                                           Pearl S. Buck (1892-1973)

         La escritora estadounidense, que vivió cuarenta años en China, conocía bien las costumbres de los habitantes de este país y supo plasmar, de una forma realista y sencilla, las penosas condiciones de vida de los campesinos chinos frente a la opulencia de las familias ricas.


      En La buena tierra se reflejan las prácticas de una China milenaria en la que año tras año se reproducen los roles impuestos por la tradición, en que hombres y mujeres tienen una función que poco o nada pueden cambiar, sobre todo las mujeres campesinas que quedan reducidas a esclavas que sólo sirven para trabajar, reproducirse... además de poder ser vendidas por sus padres.

      Una sensación de pena y amargura nos queda ante el personaje de O-lan, la mujer de Wang Lung, que sumisa y callada sufre en silencio y sin protestar.


                                                          Sidney Franklin (1893-1972)

       En 1937 apareció una película de Hollywood basada en esta novela y titulada La buena tierra, que dirigió Sidney Franklin y la protagonizaron los occidentales Paul Muni y Luise Rainer. El film obtuvo dos premios Oscar: mejor actriz y mejor fotografía.



                                              Tráiler de la película 

      La película, como casi todas las adaptaciones cinematográficas, se parece poco al libro aunque en el tráiler se afirma que es igual que la novela. En esta cinta se nos presenta a un protagonista preocupado por su esposa cuando en la novela le importa un bledo, es decir poco o nada. Pero como he escrito antes, se trata de una película de la industria estadounidense y tiene que gustar al gran público y dar beneficios.


jueves, 19 de noviembre de 2015

domingo, 15 de noviembre de 2015

Lago Inle (Myanmar)


        En el lago Inle viven unas 70.000 personas en 17 aldeas e islas. Sobre estos islotes artificiales construyen sus casas encima de pilotes. Aquí habitan los intha que cultivan vegetales sobre alfombras flotantes, pescan en las aguas del lago y rezan en pagodas y monasterios.


                                            Lago Inle, vídeo

viernes, 13 de noviembre de 2015

Buenos días, tristeza

      Françoise Sagan debutó en la narrativa francesa con una novela que escribió a los 19 años: Buenos días,tristeza que escandalizó a la sociedad burguesa de 1954 y donde revelaba un gran talento.


                                         Françoise Sagan (1935-2004)

        Françoise Sagan es el seudónimo de una escritora francesa, Françoise Quoirez, que con personal estilo narrativo, -en el que mezcla erotismo y una cínica ironía-, no conoce prejuicios. Su legado literario abarca más de cuarenta libros entre novelas, obras de teatro, guiones de cine.

     Sus novelas nos presentan a unos personajes de la clase media alta aburridos y amorales.

          "A ese sentimiento desconocido cuyo tedio, cuya dulzura me obsesionan, dudo en darle el nombre, el hermoso y grave nombre de tristeza. Es un sentimiento tan total, tan egoísta, que casi me produce vergüenza, cuando la tristeza siempre me ha parecido honrosa. No la conocía, tan sólo el tedio, el pesar, más raramente el remordimiento. Hoy, algo me envuelve como una seda, inquietante y dulce, separándome de los demás." 

       Así comienza la novela Buenos días, tristeza que fue elogiada por la crítica, acogida muy bien por el público y marcó el inicio de una escritora que luego se definiría por la provocación literaria, apartándose de los narradores existencialistas y experimentales, y explorando la existencia humana desde la idea del placer que transmitió a toda una generación.

         En Buenos días, tristeza el juego de la manipulación es el eje de la narración. Cécile trata de destruir la felicidad de su padre y su nueva pareja, manejando a los otros personajes según sus intereses.

           Cuando la joven reconoce su error la destrucción la alcanzará, llevándola a un proceso de angustia y teniendo problemas de conciencia. Todo ello llevará a hija y padre a la infelicidad y la tristeza.


                                          Otto Preminger (1905-1986)

            El director estadounidense de origen europeo Otto Preminger llevó esta novela al cine en una versión de 1957 titulada también Buenos dias, tristeza y protagonizada por Jean Seberg, David Niven y Deborah Kerr.


                   Escenas del comienzo de la película con la canción de Juliette Greco

           La película adapta la narración en primera persona de la novela como un largo flashback con voz en off, que se divide en dos momentos: un pasado rodado en color, donde Cécile narra la experiencia del verano, y un presente filmado en blanco y negro, en el que es víctima de los remordimientos.



                                            Escenas de la película

            Los exteriores se rodaron en la costa francesa lo que contribuyó a reproducir el ambiente de lujo que rodea a esa clase social ahogada en sus propios vicios. El guión no está a la altura de la novela, los diálogos a veces son algo insulsos y no consiguen convencer para entender la contradicción interior de Cécile.
               Sin embargo el proceso de despertar sexual de Cécile sí se logra en la película, que se debe al modo en que Otto Preminger supo dirigir a Jean Seberg que consigue transmitir una sensualidad igualable a la que Françoise Sagan logra en la novela con sus descripciones.



                                               Escenas finales