domingo, 30 de junio de 2013

Viaje a La Palma (Islas Canarias)


 
 
          Lo que más impresiona al llegar a la isla de La Palma en barco, cuando se la descubre por primera vez en medio del océano Atlántico, es la enorme elevación que tiene siendo tan reducida su extensión; porque con tan solo 28 Km de ancho por 45 Km de largo posee elevaciones que superan los dos mil metros.
 
                                       
 
 
          Y esta orografía, junto con su clima, la hace tener bosques de exuberante vegetación que unido a su origen volcánico con cráteres y lavas de erupciones antiguas y recientes la convierten en una isla de extraordinaria belleza.
 
 

Reserva de la Biosfera de El Canal y los Tilos





           Alguien bautizó a La Palma con el sobrenombre de "isla Bonita" o "isla Verde" aunque yo le añadiría el de "isla Viva" ya que está continuamente creciendo y modificando su relieve y costas por la actividad de sus volcanes, como la del Teneguía ocurrida en 1971 que hizo que la parte sur ganara varios miles de metros cuadrados al mar.
 
 
Volcán Teneguía
 
 
          Y esta actividad de las entrañas de la tierra, causa de su existencia, será también la de su destrucción porque una teoría aparecida en el año 2000 afirma que esta isla se destruirá.
 
          Unos científicos sostienen que La Palma con tan solo 708 kilómetros cuadrados de superficie frente a los 2.426 m. de altura, en el Roque de los Muchachos, está en un difícil equilibrio geotectónico, que podría romperse si ocurriera una erupción en la zona llamada Cumbre Vieja que haría que la isla se partiera en dos, y medio trillón de toneladas de roca cayeran en unos segundos al mar, formando una ola gigantesca de más de 500 m. de altura que se desplazaría hacia el oeste a gran velocidad provocando un tsunami que arrasaría las islas del Caribe y la costa este de Estados Unidos.
 
 
                                             
 
 
 
          Esta teoría parece el argumento de una película de catástrofes, aunque la sonrisa puede volver otra vez a nuestro rostro al tener la certeza de que no se sabe cuando ocurrirá este desastre: puede que en cientos de años...



 
          Y como nuestra vida es relativamente corta y nuestro paso por este planeta tan breve y fugaz como un soplo en el viento ¿para qué preocuparnos por el hipotético futuro? Luego, disfrutemos del magnífico presente que nos regala a los sentidos esta maravillosa isla, que para entonces todos estaremos calvos y con la huesuda cabeza tan monda como vacía.







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