Kumari es el nombre que recibe una niña en Nepal a quien la consideran una diosa viviente y donde se la venera. Se cree que es la reencarnación de la diosa Taleju hasta que tiene su primera regla y es sustituida por otra niña porque los nepalíes creen que la diosa se ha desencarnado de su cuerpo.
Existen varias kumaríes en Nepal pero la más conocida es la kumari de Katmandú que vive en el Kumari Ghar, un palacio en el centro de la ciudad.
Estas diosas niñas viven recluidas en los palacios, sin contacto con los demás, sólo pueden salir trece veces al año en festividades religiosas; y no pueden ir al colegio ni disfrutar de una vida normal.
En fin, en nombre de una costumbre o tradición religiosa se hace un robo de la infancia a unas niñas que cuando dejan de serlo se las devuelve a la sociedad sin estudios y, con toda probabilidad, traumatizadas. Y para más inri cuando sean adultas nadie se casará con ellas porque trae mala suerte el casarse con una "ex kumari".
No hay comentarios:
Publicar un comentario